lunes, 19 de enero de 2015

·The Meltdown· ...¡el cuerpo acusa!

·La cuchara del día·

Les he hablado de lo maravilloso que es este nuevo estilo de vida que he escogido, los beneficios que me ha traído y lo delicioso que puede ser inclusive...Pero como todo en la vida, debe existir una "crisis" para recordarnos por qué hemos tomado las decisiones que hemos hecho y devolverle el poder a ese motor para que siga andando...

Hace 1 semana experimenté mi primera crisis tal cual. Es vergonzoso para mi asumirlo. Asumir el fracaso nunca es fácil, es inclusive doloroso. Pero si hay algo que he aprendido este año en lo personal, en todos los ámbitos de mi vida, es que "nos caemos para volvernos a levantar". A veces es necesaria la caída, incluso esperada, parte del recorrido, para entender por qué estamos haciendo esto, por qué queremos cambiar, recordar lo que primero nos motivó, sentir lo que sentimos cuando queríamos el cambio, cuando lo buscamos y cuando lo alcanzamos, aunque fuera por un segundo.

Sucumbí a la tentación y me quebré una noche en que, saliendo tarde de regreso a casa me vino un ataque de ansiedad por comer chocolate y paré en un pronto a ver si encontraba algo que pudiera comer dentro de los márgenes de la Paleo. No encontré nada, pero mi ansiedad aún estaba ahí provocándome, hasta que terminé por comprar dos chocolates totalmente fuera de rango. Esa noche mi voluntad se quebró y pensé que solo había sido algo menor, un desliz, pero no fue así, fue una verdadera crisis en que bajé mi guardia por completo y se me hizo evidente un problema que hasta ese momento no había surgido ni se había hecho tan evidente como en esa situación.

Al otro día, compré unas galletas que si bien eran más sanas que las regulares, eran igualmente dañinas para mi organismo en el estado en el que estaba. Más tarde, en la noche trabajando en el computador hasta tarde, bajé a mi refrigerador y, sabiendo que allí había un helado de crema italiano delicioso que mi mamá había comprado para sus invitados en un asado familiar (inclusive gourmet porque era carísimo), abrí la puerta del freezer y saqué el pote junto a una cuchara sopera.

Mientras subía las escaleras no pensé en nada. Nada de mi sufrimiento golpeó mi mente, ni de todo el recorrido que había hecho ya. Nada de mi avance me frenó, y por eso sentí vergüenza.

Al otro día mi fuerza de voluntad terminó por caer derrotada y mis malas decisiones alimenticias persistieron hasta hoy. Comí todo lo que no había comido hacía meses...helados de leche, pasteles, tortas, kuchenes, galletas, chocolates, papas fritas de bolsa, queso crema, etc.

Tomé conciencia solo hasta anoche, cuando luego de mandarme un verdadero patache, me sentí tan mal que recordé por qué hacía esto. Sentí una vez más eso que sentía antes cuando estaba realmente mal de salud. Una pelota dura como un nudo apareció en la boca de mi estómago y garganta, seguido de una hinchazón de estómago terrible. Me sentía como rebalsada de tanta comida tan tóxica.

Al ir a acostarme tuve que tomarme unas gotas de Viadil para poder dormir un poco mejor, y en una posición levantada por el meteorismo que sentía. Sí, nada de lo que describo es agradable. Sin embargo fue el camino que tomé esa noche y la anterior.

Seguí con el pensamiento de que "ya que me había salido de mi dieta" aprovecharía de despedirme de todas las cosas que no alcancé a probar por última vez en mi vida, antes de la AIP. ¿Sienten que hay algo mal en esta oración? Sí, están en lo correcto, lo que está mal es esa tóxica y errónea palabra: "dieta". El escribir y pensar en esa palabra de partida sabemos qué está mal y qué cambió, que incitó la crisis.

El pensar que estoy en una "dieta" es el punto de quiebre para caerse al precipicio. La AIP no es una "dieta", es un estilo de vida, un hábito alimenticio, una manera de vivir distinta, no un capítulo en tu vida que tendrá un comienzo y un fin. La AIP es en sí el libro completo. Eso fue lo que no entendí en todo mi proceso hasta ahora, hasta que me quebré, hasta que me vi vencida, derrotada y en el suelo. Hasta que me sentí un estropajo mi mente no se abrió para entender este concepto superior, necesité estar completamente humillada para abrir esa puerta cerrada bajo llave que mi mente no había abierto hasta este momento. Se siente hasta cruel pensar en que mi mente me hizo "colapsar", pero la mente es sabia y como dice mi Psicóloga, "a veces pensamos que el recorrido que debemos hacer es de A a C, sin embargo a veces el camino no es lineal y para llegar a C debemos retroceder hasta B". Vemos esto como un fracaso, pero nuestra mente lo ve como un proceso que debe suceder para que lleguemos a buen puerto con todo en nuestra vida. Aunque suene cursi, debemos caer para entender lo que es levantarse y seguir adelante. Una vez en una película leí una oración muy particular que se me grabó por lo potente y sutil a la vez de sus palabras, decía: "Ser valiente no es no tener miedo, sino actuar a pesar del miedo". ¿Qué profundo no?

Durante todo este proceso no sentí miedo, ni tentación. Todo fue dado en bandeja por decirlo así. He ahí el error que vio mi mente y por eso yo debí retroceder a B para entender cómo debía llegar a C. He tocado el miedo, sucumbí ante él, y ahora me levanto a pesar de su existencia, a pesar de que sé que es fácil caer en la tentación y salirse del camino. Esta es una valiosa lección que debía aprender para que esto realmente funcionara, para que esto fuera un verdadero cambio de estilo de vida a través de la alimentación y el triángulo mente-cuerpo-espíritu, y no una "dieta" en mi vida. Necesité caerme para entender el verdadero significado de todo este cambio que estoy haciendo en mi vida.

Hoy, luego de haberme atracado 2 tortas, 1 café cortado con sacarina (peor que el azúcar), 1 hamburguesa con queso y ketchup, papas fritas de bolsa con ketchup y 1 helado completo de crema italiana; toqué fondo y mi mente se abrió a esta comprensión que solo se logra cuando se siente "miedo". Las caídas son dolorosas y vergonzosas, no queremos recordarlas y las ocultamos, más son imprescindibles para enseñarnos a "actuar a pesar del miedo". Una piedra en el camino para hacernos ver que el resto del camino estará repleto de ellas y que será difícil, que nada es gratis, pero que la cima de la montaña será alcanzada. La caída es una promesa de aliento, de esperanza, y solo a través de ella entendemos nuestra misión, nuestro Fin, nuestra motivación.

¿Cómo me levanto? Comenzando de nuevo, bien, con paso firme y haciendo las cosas de la manera correcta, sintiendo lo que debí sentir para aprender a recorrer este camino de la AIP. 

¿Qué pasa mañana?, ¿Cómo me levanto y vuelvo a avanzar en el camino? La respuesta es: me desintoxico.

Mi cuerpo, así como mi mente y corazón, se intoxicaron y para volver al camino recto debo limpiarme por completo, en cuerpo, mente y alma. Los próximos 9 días serán Full Detox. Sí, como muchos de Ustedes pensarán, esto suena a un retroceso. Al principio yo también lo pensé así y me desanimé, como la sensación de cuando hacemos algo mal y nos retan, volvemos a tratar de arreglarlo pero con una carga emocional muy negativa. ¿Cómo cambio eso? Es importante liberar de toda connotación negativa el camino de la AIP, porque no se puede avanzar si tenemos un grillete en el pie. Por eso es que entiendo ahora que esto no es un retroceso, no es volver a cero, sino que es retomar el camino, esta vez desde el punto B envés del A donde habíamos comenzado, pero que la mente sabe que es una vuelta larga que es necesaria para procesar todas esas cosas que en la "acortada" no llegan a asentarse, por ende no llegan a aprenderse.

9 Días. 9 Días preceden este nuevo amanecer, con la película más clara que nunca. ¿Qué me motiva a hacer esto? Lo había olvidado...


¡Ahí está! Algo tan sencillamente verdadero, pero que yo había olvidado. Me había olvidado a mi misma.

No es mañana el cambio, es verdad, es un proceso, y eso es lo que he entendido, que esto es un proceso, por lo que 9 días son solo unas pequeñas ramas en el camino, tengo un poco de miedo, y eso es lo que me ayuda a avanzar, lo que me motiva, pues sin miedo no hay valentía.

3 Días crudoveganos.
3 Días de jugoterapia.
3 Días crudoveganos.
7 días de integración de proteínas (solo las que puedo comer en AIP)
y...

Nos vemos luego, ...¡en el camino de la AIP!

Chau :)

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